Reconciliarse con Dios, ayudar a las personas de escasos recursos,
niños y niñas que se encontraban en alto riesgo social y tener un lugar
donde realizar sus retiros espirituales, fue el propósito de jóvenes
católicos, que hace 20 años fundaron, laAlternativa de Solidaridad
Infantil, ASI, ahora conocida como Casita Azul, Nuestra señora del
Pilar.
Las ideas empezaron a surgir en seis jóvenes,que en ese momento eran
miembros de la Pastoral Juvenil de la Arquidiócesis de Managua y que
trabajaban con Monseñor Carlos Avilés, impartiendo cursos a jóvenes en
alto riesgo. Vieron que la situación económica se ponía cada vez peor y
que ellos debían hacer algo, no para evitarlo por completo, pero si para
disminuirlo con ayuda de la iglesia católica.
Para Licenciada Delmis López, directora administrativa del centro y
una de la impulsoras del proyecto, lo que más les impulso a crear el
proyecto fue, el servicio al prójimo, porque al ver que niños y niñas de
entre 5 hasta 10 años, no tenían donde quedarse, porque sus madres
tenían que trabajar todo el día, los dejaban solos en sus casas, esto
representaba un alto riesgo social, por no tener supervisión de un
adulto, los niños se podían quemar, golpearse y no dedicar tiempo a sus
estudios, que es lo más importante, para nuestro país.
Inicio la búsqueda de un local, para hacer realidad sus sueños y con
la ayuda de la misma Arquidiócesis de Managua y de American
NicaraguanFundation, se consiguió lo que se convertiría en el segundo
hogar de muchos niños de escasos recursos.
“El proyecto inicio en una pequeña casita, donde atendíamos a 30
niños y niñas, de los cuales ocho eran internos, es decir que vivían en
la casa y se iban cada 15 días con sus padres quienes eran de
departamentos, a ellos se les garantizaba comida, vestido y estudio,
porque teníamos maestros para ellos”, recuerda la Licenciada López.
Cada vez era más el número de niños y niñas que se sumaban al
proyecto Casita Azul, los costos de comida, luz y agua se incrementaban,
pero el amor al prójimo y el servicio a los más necesitados aumentaban,
esto conllevo a que tuviera que empezar a pedir a los padres de familia
una pequeña ayuda monetaria.
Cada vez era más el número de niños y niñas que se sumaban al
proyecto Casita Azul, los costos de comida, luz y agua se incrementaban,
pero el amor al prójimo y el servicio a los más necesitados aumentaban,
esto conllevo a que tuviera que empezar a pedir a los padres de familia
una pequeña ayuda monetaria.
La licenciada Delmis López, indica que los primeros cinco años del
proyecto no cobraron, pero descubrieron que a veces lo que se da
regalado no se aprecia, por eso hablaron con los padres y ellos
estuvieron de acuerdo en que se cobrara un córdoba por día, por lo
tanto el colegio inicio con el costo de 30 córdobas.
Al ver que no alcanzaban tantos en aquella casita pequeña y
alquilada, sus pedimentos al cielo y la intervención divina lograron que
se consiguiera un nuevo local, como lo es la Antigua Nunciatura
Apostólica de la Arquidiócesis de Managua, donde se ubica hoy el colegio
Casita Azul, un lugar que es considerado una reliquia ya que sobrevivió
el terremoto de 1972.
“Cabe destacar que tenemos el prestigio de que somos uno de los
pocos, sino es que el que el primer colegio privado, que tiene una
mensualidad baja, tenemos varios alumnos becados y otros que no pagan la
mensualidad completa, además de que Monseñor Carlos Avilés, nuestro
director, es del pensar que no se debe cobrar a los padres más de lo que
puedan dar” enfatiza López.
De los 430 alumnos matriculados en Casita Azul, 95 son becados, ya
sea por escasos recursos o por ser buenos alumnos, como lo es el caso de
Samanta Borges, quien se ha destacado como una de las mejores
estudiantes del centro, esta joven de 5to año agradece en todo momento
la educación, los valores morales y cristianos que se le enseñan.
“Es una buena educación la que nos dan los maestros, porque ellos
siempre buscan el beneficio, el mejoramiento de cada estudiante, que
piense en positivo y no se desanimen. Siempre el colegio también busca
la manera de ayudar a los alumnos que tenga problemas en algunas
asignaturas” menciona Borges.
Alumnos ejemplares
A pesar de los altos costos, este centro escolar sigue sobreviviendo
gracias a la caridad de amigos, supermercados como La Colonia,
instituciones no gubernamentales y Caritas de Nicaragua que suministran
el mobiliario escolar y comida, para el semi-internado, donde puede
quedarse cualquier alumno del centro escolar, que requiera cuido y ayuda
en las tareas que les dejen clase.
Dos de estos jóvenes agradecidos con este colegio son Harlem Antonio
Rocha Hernández y Marisol Carballo, de 23 y 21 años, respectivamente,
quienes iniciaron y terminaron sus estudios en Casita Azul y que
actualmente ayudan a los profesores y profesoras en el colegio y en el
“internado” que cierra sus puertas a las cinco de la tarde.
Harlem es un joven que se muestra tímido a la hora de hablar, pero
luego de sacarle “las palabras con cucharas”, agradece a Monseñor Avilés
y a los profesores, por ayudar a sus familias en los momentos más
difíciles, ya que eran de escasos recursos. “Me ayudaron desde hace 17
años que vine y me siguen ayudando, porque ahora trabajar aquí es un
ingreso económico para mi hogar, me han formado como persona, como
profesional maestro, que soy hoy”.
Rocha menciona que se ha llevado muchas experiencias de este colegio y
una de ellas es la música. “Mi pasión siempre ha sido la música y yo
aprendí a tocar tambores con tarros de leche y dos palitos, y cuando
armaron la banda musical aquí, pude tocar uno verdadero y ahora yo soy
el encargado de la banda.
Por otro lado Marisol es más chispa y aunque estaba en horario de
almuerzo quiso contar su experiencia. Argumenta que gracias a este
colegio, ya casi es una profesional, porque le pagan su mensualidad
universitaria y ya casi se gradúa como maestra de preescolar, además
agrega “quedarme aquí es lo más bonito que pude hacer”.
Su devoción a la Virgen María
En 2002 fueron reconocidos por el Ministerio de Educación (Mined) y
la Arquidiócesis de Managua, como un colegio privado y católico, por eso
se les pidió que pusieran un nombre de acuerdo a las creencias
cristianas, así se le agrego además de Casita Azul, nuestra señora del
Pilar.
“En lo primero que pensamos fue en nuestra madre la Virgen María,
porque ella ha estado en todos los momentos de nuestra existencia,
empezando que nosotros abrimos nuestra puertas un 15 de agosto, día de
la asunción de María”, comenta la directora Delmis López.
“Ese mismo día, unos estudiantes españoles voluntarios, que venían a
colaborar con nosotros, nos regalaron la imagen de la virgen del Pilar.
Al ver que la virgen del Pilar había llegado a nuestra casa
inesperadamente, sentimos que era la conexión del pilar con el cielo y
esa conexión es la que nos ha mantenido luchando, ha sido nuestro
refugio en momentos difíciles y sin duda nuestro lazo con Dios”.
De igual manera la Licenciada recordó, que aunque la celebración
litúrgica de Nuestra señora del Pilar es el 12 de octubre, ellos la
celebraran este 17 de octubre, entre las actividades están, mañanas
deportivas, días de paseo a lugares históricos, talent show y lo más
importante la santa misa y la procesión con la imagen de la virgen.
me encanto
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