martes, 14 de octubre de 2014

Casita Azul un lugar lleno de sueños y esperanza

Reconciliarse con Dios, ayudar a las personas de escasos recursos, niños y niñas que se encontraban en alto riesgo social y tener un lugar donde realizar sus retiros espirituales, fue el propósito de jóvenes católicos, que hace 20 años fundaron, laAlternativa de Solidaridad Infantil, ASI, ahora conocida como Casita Azul, Nuestra señora del Pilar.

Las ideas empezaron a surgir en seis jóvenes,que en ese momento eran miembros de la Pastoral Juvenil de la Arquidiócesis de Managua y que trabajaban con Monseñor Carlos Avilés, impartiendo cursos a jóvenes en alto riesgo. Vieron que la situación económica se ponía cada vez peor y que ellos debían hacer algo, no para evitarlo por completo, pero si para disminuirlo con ayuda de la iglesia católica.

Para Licenciada Delmis López, directora administrativa del centro y una de la impulsoras del proyecto, lo que más les impulso a crear el proyecto fue, el servicio al prójimo, porque al ver que niños y niñas de entre 5 hasta 10 años, no tenían donde quedarse, porque sus madres tenían que trabajar todo el día, los dejaban solos en sus casas, esto representaba un alto riesgo social, por no tener supervisión de un adulto, los niños se podían quemar, golpearse y no dedicar tiempo a sus estudios, que es lo más importante, para nuestro país.

Inicio la búsqueda de un local, para hacer realidad sus sueños y con la ayuda de la misma Arquidiócesis de Managua y de American NicaraguanFundation, se consiguió lo que se convertiría en el segundo hogar de muchos niños de escasos recursos.

“El proyecto inicio en una pequeña casita, donde atendíamos a 30 niños y niñas, de los cuales ocho eran internos, es decir que vivían en la casa y se iban cada 15 días con sus padres quienes eran de departamentos, a ellos se les garantizaba comida, vestido y estudio, porque teníamos maestros para ellos”, recuerda la Licenciada López.

Cada vez era más el número de niños y niñas que se sumaban al proyecto Casita Azul, los costos de comida, luz y agua se incrementaban, pero el amor al prójimo y el servicio a los más necesitados aumentaban, esto conllevo a que tuviera que empezar a pedir a los padres de familia una pequeña ayuda monetaria.

Cada vez era más el número de niños y niñas que se sumaban al proyecto Casita Azul, los costos de comida, luz y agua se incrementaban, pero el amor al prójimo y el servicio a los más necesitados aumentaban, esto conllevo a que tuviera que empezar a pedir a los padres de familia una pequeña ayuda monetaria.

La licenciada Delmis López, indica que los primeros cinco años del proyecto no cobraron, pero descubrieron que a veces lo que se da regalado no se aprecia, por eso hablaron con los padres y ellos estuvieron de acuerdo en que  se cobrara un córdoba por día, por lo tanto el colegio inicio con el costo de 30 córdobas.

Al ver que no alcanzaban tantos en aquella casita pequeña y alquilada, sus pedimentos al cielo y la intervención divina lograron que se consiguiera un nuevo local, como lo es la Antigua Nunciatura Apostólica de la Arquidiócesis de Managua, donde se ubica hoy el colegio Casita Azul, un lugar que es considerado una reliquia ya que sobrevivió el terremoto de 1972.

“Cabe destacar que tenemos el prestigio de que somos uno de los pocos, sino es que el que el primer colegio privado, que tiene una mensualidad baja, tenemos varios alumnos becados y otros que no pagan la mensualidad completa, además de que Monseñor Carlos Avilés, nuestro director, es del pensar que no se debe cobrar a los padres más de lo que puedan dar” enfatiza López.

De los 430 alumnos matriculados en Casita Azul, 95 son becados, ya sea por escasos recursos o por ser buenos alumnos, como lo es el caso de Samanta Borges, quien se ha destacado como una de las mejores estudiantes del centro, esta joven de 5to año agradece en todo momento la educación, los valores morales y cristianos que se le enseñan.

“Es una buena educación la que nos dan los maestros, porque ellos siempre buscan el beneficio, el mejoramiento de cada estudiante, que piense en positivo y no se desanimen. Siempre el colegio también busca la manera de ayudar a los alumnos que tenga problemas en algunas asignaturas” menciona Borges.

Alumnos ejemplares

A pesar de los altos costos, este centro escolar sigue sobreviviendo gracias a la caridad de amigos, supermercados como La Colonia, instituciones no gubernamentales y Caritas de Nicaragua que suministran el mobiliario escolar y comida, para el semi-internado, donde puede quedarse cualquier alumno del centro escolar, que requiera cuido y ayuda en las tareas que les dejen clase.

Dos de estos jóvenes agradecidos con este colegio son Harlem Antonio Rocha Hernández y Marisol Carballo, de 23 y 21 años, respectivamente, quienes iniciaron y terminaron sus estudios en Casita Azul y que actualmente ayudan a los profesores y profesoras en el colegio y en el “internado” que cierra sus puertas a las cinco de la tarde.

Harlem es un joven que se muestra tímido a la hora de hablar, pero luego de sacarle “las palabras con cucharas”, agradece a Monseñor Avilés y a los profesores, por ayudar a sus familias en los momentos más difíciles, ya que eran de escasos recursos. “Me ayudaron desde hace 17 años que vine y me siguen ayudando, porque ahora trabajar aquí es un ingreso económico para mi hogar, me han formado como persona, como profesional maestro, que soy hoy”.

Rocha menciona que se ha llevado muchas experiencias de este colegio y una de ellas es la música. “Mi pasión siempre ha sido la música y yo aprendí a tocar tambores con tarros de leche y dos palitos, y cuando armaron la banda musical aquí, pude tocar uno verdadero y ahora yo soy el encargado de la banda.

Por otro lado Marisol es más chispa y aunque estaba en horario de almuerzo quiso contar su experiencia. Argumenta que gracias a este colegio, ya casi es una profesional, porque le pagan su mensualidad universitaria y ya casi se gradúa como maestra de preescolar, además agrega “quedarme aquí es lo más bonito que pude hacer”.

Su devoción a la Virgen María

En 2002 fueron reconocidos por el Ministerio de Educación (Mined) y la Arquidiócesis de Managua, como un colegio privado y católico, por eso se les pidió que pusieran un nombre de acuerdo a las creencias cristianas, así se le agrego además de Casita Azul, nuestra señora del Pilar.

“En lo primero que pensamos fue en nuestra madre la Virgen María, porque ella ha estado en todos los momentos de nuestra existencia, empezando que nosotros abrimos nuestra puertas un 15 de agosto, día de la asunción de María”, comenta la directora Delmis López.

“Ese mismo día, unos estudiantes españoles voluntarios, que venían a colaborar con nosotros, nos regalaron la imagen de la virgen del Pilar. Al ver que la virgen del Pilar había llegado a nuestra casa inesperadamente, sentimos que era la conexión del pilar con el cielo y esa conexión es la que nos ha mantenido luchando, ha sido nuestro refugio en momentos difíciles y sin duda nuestro lazo con Dios”.

De igual manera la Licenciada recordó, que aunque la celebración litúrgica de Nuestra señora del Pilar es el 12 de octubre, ellos la celebraran este 17 de octubre, entre las actividades están, mañanas deportivas, días de paseo a lugares históricos, talent show y lo más importante la santa misa y la procesión con la imagen de la virgen.

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